Crónica
Buenos días!
Así es cómo nos despertamos el día en el que teníamos que viajar al Valle de Núria.
Para resistir una dura y larga mañana, nos repartieron una bolsa de comida individualmente.
Pasamos dos horas en el autobús viajando en dirección hacia el cremallera, en el que pudimos disfrutar de diferentes paisajes.
Una vez llegamos a la estación, nos dispusimos a abandonar el lento y pesado vehículo.
Después de una hora de espera, entramos dentro del cremallera situado en Ribas de Freser, un pequeño pueblo situado cerca de la estación de Núria.
Al entrar en nuestro futuro alojamiento, nos dividimos en nuestros respectivos grupos, para realizar el trabajo de síntesis y más tarde disfrutamos del pequeño lago navegando en canoas.
Por la noche, nos lo pasamos de miedo, ya que cenamos “de lujo ” en un buffet, vimos el partido de España y para finalizar la velada bailamos sin parar en la discoteca.
A las seis de la mañana, los madrugadores e interesados se levantaron para observar la magnífica salida del Sol.
El grupo restante se levantó a las ocho y después de desayunar como reyes, anduvimos durante tres horas por las montañas que rodean este elegante valle, avistando todo tipo de fauna y flora, desde marmotas y abetos, hasta abedules y muflones.
Sobre las dos comimos en un albergue y subimos en el cremallera despidiéndonos con un gran recuerdo del precioso Valle de Núria.
Más tarde cogimos el autocar, dónde más de la mitad del grupo se quedó dormida durante las dos horas de trayecto.
Aquí finaliza la crónica de estos dos cortos pero gozosos días de los cuales nos llevamos un gran sabor de boca.